martes, 5 de julio de 2011

A pesar de hacer las cosas mejor,
las hacès mal.

Sos incapaz de vivir una vida,
moldeada para otros.

No encajàs, ni en tu cuerpo, ni en el suyo,
ni siquiera en este mundo.

¿Para qué abandonaste la idea del suicidio,
allá luego de los primeros dolores?

Permanecer y mutar, dolescer y gemir,
esa es la formula posible.

Siempre soñando con la hermosa putrefacción
(la fuerza y la motivación: Gastar y gastar la vida para que pronto acabe)

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