Con el perfume de este falso verano,se revela el comienzo de estas líneas.
La humedad y la tibieza
presentes en la naciente tiniebla de la urbe
en multiplicación con una de las condenas
infligidas a la Primera por morder la manzana;
arrastran consigo sublimaciones sensoriales.
Como en sutil caída del dominó,
y mientras las letras a Milena martillaban el viaje,
surgió la evocación de la añoranza
que no ha sido terminada de erigir.
La esencia de las fresias recién tajadas (y muertas ya),
me delató la presencia del que se haya ausente;
Así lo supe de nuevo en mi piel;
pero ya que el aroma de las propias de los difuntos no perdura;
a partir de esta noche el que parecía olvidado será para siempre pero sólo de vez en cuando.
Malena Umérez (2008)
Entradas
